viernes, 25 de enero de 2008

El SUEÑO de una NOCHE de VERANO, de Concha Busto Producción y Distribución

Y va otra de Shakespeare, pero fuera del Ciclo lucense del que hablé ayer.

El 19 de Enero, en uno de mis viajes a Ourense, decidí ir a ver este montaje que cuenta con un tal Tamzin Townsend en la dirección y con el componente de Ketama Antonio Carmona como director musical.
El Auditorio, lleno de gente. Un lío para entender la numeración de las butacas que condujo a más de 5 minutos de reloj de búsqueda de asientos y, por fin, comienzo del espectáculo. Y menudo inicio... media docena de actores y actrices ante un telón cerrado sin acciones corporales de ningún tipo, observando al personaje de turno al que le tocase hablar. Me remuevo respirando profundamente... Braceo sin parar de los susodichos/as que continuaría durante casi todo el espectáculo... Ufff... Pero se abre el telón y empiezo a ver movimiento. Menos mal.
Un Robin (Puck) con más pintas de piratilla pordiosero que de duende (que es lo que es, vaya) empieza a cantar. Poco más tarde aparece una de las supuestas hadas (por el cartel nos imaginábamos, al menos, más de una) con una malla de todo menos favorecedora que no se mueve como tal. En fins... Una Titania que no era mala (porque como Hipólita no valía un duro), cantaba magníficamente, pero que prendía al hablar, un Oberón cachirulo que cantaba maravillosamente y tampoco era nada malo, unos Demetrio y Lisandro buenos (pero poco explotados) y unas Hermia y Helena bastante decentes.
Menos mal que entre los pescadores estaba José Luis Torrijo, que es un actorazo, y también hay que mencionar el despiporre de Chiqui Maya interpretando a Tisbe con una peluca rubia, un vestido blanco, sus pelazos en el sobaco y su descojonante aire "agitanao perdío".
Con respecto a la escenografía, había una especie de barco encallado en una supuesta playa al que la mayoría de los actores y actrices que se subían lo hacían con miedo, y lo peor de todo es que se notaba. Las acrobacias... en fin... si se les puede llamar así...
En resumen, poco trabajo de los cuerpos a pesar de que se veía una buena materia prima y unas interpretaciones que, desde mi punto de vista, habría que pulir. Sobre todo, grandes fallos de dirección de actores/ actrices. Con respecto a las canciones, las que no me reproducían al Carmona en pleno auge me parecían hechas para un musical de Disney de éstos que tanto éxito tienen en Madrid entre el público infantil.

El caso es que a pesar de todo pasé un buen rato, pero lo que sí que tengo claro es que no valía los 15 € que pagué por la entrada.

las hadas inexistentes

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Habría que demandar a la tal Concha Busto por publicidad engañosa. Lo que en el cartel parecen hadas sacadas de un cuadro de Klimt es en realidad un ¿hada? sacada de la función escolar de los niños de 3º de Primaria de un cole cualquiera (bueno, uno que no tenga mucho presupuesto del APA para la actividad de teatro)...que desastre, que malla...denigrante. Pobre la actriz que lo desempeñaba...que no era otra que...tachán tachán...la nieta de Lola Flores!!! Si la faraona levantase la cabeza y viera a su descendencia dando volteretas forzadas y vestida de esa guisa fijo que le armaba una bronca a la Concha Busto que se caída de culo.

Anónimo dijo...

Las hadas y las brujas de las obras de los niños de 3º EP son más convincentes y van más favorecidas. Te lo digo yo. :P