Una propuesta interesante, con una escenografía muy llamativa, lograda y bien exprimida a mi parecer. Se trataba de 4 paneles con apariencia metálica en un lado y burras con chaquetas en el otro, que junto con un par de mesas y sillas y un interesante diseño de luces sirvió para convertir el escenario en taberna, comisaría, callejón, despacho del ministro, café, barrio, cuarto de velorio y cementerio(impresionante el baile de las estructuras en una de las escenas).
El vestuario era moderno, bien escogido y muy definitorio de todos y cada uno de los personajes. Fueron fabulosas las interpretaciones de todos los actores y actrices (a éstas últimas echamos de menos no verlas un poquito más, aunque bueno, la obra ya se sabe que es más bien de machos). Todos y cada uno de ellos cambiaron de registro sin despeinarse haciéndonos gozar de sus múltiples personalidades.
Consiguieron sin esfuerzo hacernos reír, emocionarnos, conmovernos al más puro estilo Valle sin seguir a rajatabla la definición de esperpento, mostrando personajes muy humanos con sus virtudes y especialmente con sus miserias al aire. Eso fue: la miseria humana en todo su esplendor. Fantásticas escenas las de la celda y la descripción del esperpento. También la del cementerio. Pena que el impaciente público no les dejase ni acabar... empezaron a aplaudir antes del oscuro... en fins...

