sábado, 24 de noviembre de 2007

RETABLO VALLE- INCLÁN, de Teatre del Repartidor

Tres han sido las piezas teatrales escogidas por la Cía. del Teatre del Repartidor (totalmente desconocida para mí hasta el día de ayer) para conformar el Retablo de Valle- Inclán con el que nos deleitaron ayer noche: en primer lugar, el despropositado "esperpento" Las Galas del Difunto y dos de los cuatro que integran el "Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte", La cabeza de Bautista y el por momentos absolutamente conmovedor La rosa de papel.


La obra comenzó, para ser sinceros, con no demasiada fuerza, a lo que supongo que contribuyó la escasez de público malamente repartido por el Gustavo Freire (manda huevos, IV Festival de Teatro Clásicos do Século XX especial Valle- Inclán y no había más de 80 personas con un aforo de más de 500; lo que es Galicia...) por La cabeza de Bautista. La escenografía me convenció ya desde un primer momento: muy funcional y muy bien aprovechada, la verdad es que daba bastante juego y era fácilmente manejable y vistosa.

Pero la obra adquirió fluidez y fue ganando atención y cubriendo espectativas a partir de la segunda pieza, Las Galas del Difunto. Ahí sí que era Valle, ahí sí que los grotescos personajes ganaban naturalidad y empezaban a convencer a un público que disfrutaba de la combinación entre la tragedia y la burla. Los actores y actrices, que ya habían demostrado su calidad en cuanto a voz y presencia daban vida ahora a otros personajes exhibiendo sus estupendas capacidades de cambios de registro, en algunos casos realmente asombrosas. El público, que habíamos empezado a sonreír tímidamente en el cuadro anterior dejábamos ya escapar carcajadas inevitables ante tal estética deformada tan definitoria del autor. El lenguaje se utilizaba ahora de un modo tan orgánico y comprensible que hasta daban ganas de subirse al escenario y contribuír al uso del habla esperpéntica con vulgarismos de toda clase.

Como colofón, La rosa de papel consiguió con unos trabajados acentos gallegos, agradecidos vestuarios y expresiones coloquiales que desfilasen ante nuestros ojos diversos prototipos de especímenes fácilmente reconocibles por estos lares que lograron arrancarnos la risa y la emoción y haciendo que nos sonrojásemos ante la pregunta interior de "¿cómo me puedo estar riendo en estos momentos ante tal situación trágica?", todo ello en compañía del propio Valle, al que daba vida uno de los actores con una excelente caracterización.


¿Un fallo?: La ausencia de programa de mano.
¿Una reflexión?: Nos queda mucho Valle por representar y ver representado.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Larga vida bloguera...
Te dejo por aquí el enlace al contador geniaaaaal.

contador geniaaaaaaaaal

the robot dijo...

Ahí está. Contador genial instalado.

Dragomira dijo...

Ya veo, ya...ahora en plan Stasi, a espiar de donde vienen tus visitas, qué es lo que han buscado para llegar aqui...yo me tengo llevado grandes sorpresas...

Por cierto, y sin ánimo de ofender...lo de la verificación de palabra es un poco coñazo, no?, aparte, no sé para qué sirve...Creo que viene por defecto, pero se puede quitar.

the robot dijo...

Juas!
Si supiera usarlo...En fin, no sea usted roñas, que ya fozaré para quitar la verificación de palabra. Aisss... si es que los años no pasan en balde...

Anónimo dijo...

No se lo tome a mal, señora, no se lo tome a mal...y nada de roñas, pero cuanto más fácil sea, mejor.

Esta juventud...

Que el tiempo es oro...!!